Friday, June 3, 2011

TERESA GONZÁLEZ DEL REAL DE FANNING
Escribe: Jader Miranda Guerra.
e cumple este año el Cincuentenario del prestigioso Centro Educativo
que  se  fundó  en  1952 bajo  la advocación de  la notable  educadora doña
Teresa González de Fanning. La celebración amerita que se conozca y
difunda la biografía de esa ilustre peruana, cuya trayectoria profesional y
humana perdura como ejemplo para todas las generaciones.
EL LAR FAMILIAR
Ella nació en la casa de la hacienda San José de las Pampas, antigua propiedad
de su familia, en la localidad Nepeña, departamento de Ancash, el 12 de agosto
de 1836. Hija del cirujano del ejercito español don Jerónimo González y de
doña Josefa del Real y Salas, recibió en la pila bautismal  el nombre de Teresa,
adquiriendo en el seno del hogar familiar la simiente que con raro empeño
habría de esparcir.
Sus primeros años transcurrieron al lado de sus progenitores y de sus
hermanos Tarcila, Nicanor, Macedonio, Francisco, Antonio y Enriqueta. Fue
moldeada con una férrea formación en lo relacionado a principios y valores, los
cuales modelarían su conducta y cimentarían su personalidad, preparándola
para afrontar el largo trajinar de su existencia. Mientras que sus hermanos
fueron a educarse a Europa, Teresa fue educada  por profesores particulares en
su tierra natal, recibiendo de ellos  una valiosa formación.
Contrajo nupcias el 11 de agosto de 1853, cuando apenas frisaba los 17 años de
edad, con el distinguido marino  Juan Fanning, perteneciente a una de las
conocidas y acaudaladas familias de Lambayeque. Concibió en esta relación
dos hijos, Jorge y Emma, los cuales murieron a temprana edad, causándoles
un hondo pesar.
Azarosa la vida personal de esta insigne matrona, pues en enero de 1881, al
producirse la toma de Lima por los invasores chilenos, perdió también a su
esposo, el heroico comandante Fanning, inmolado en la batalla de Miraflores.
SPero ni el inmenso dolor ante tan irreparable pérdida fue suficiente para
amilanar el extraordinario espíritu que ella albergaba. Antes al contrario, sacó
de la adversidad renovadas fuerzas,  para convertirse en una de las más
destacadas personalidades de la cultura peruana, como lo fue hasta su
desaparición física en abril de 1918, tal y conforme mencionaron al unísono sus
biógrafos, de cuyas semblanzas reproducimos a continuación selectos
extractos.
ESCRITORA ILUSTRADA Y BENEFACTORA SOCIAL
Doña Teresa González de Fanning fue un elemento útil en nuestra sociedad, un
espíritu culto y  una alma que siempre estuvo, para el bien, abierta. Perteneció
a la pléyade de grandes institutoras, que desde entonces hasta el presente no
han podido ser reemplazadas cabalmente.
Tuvo un carácter que la  hizo digna del hombre ilustre con que la unió á su
destino y que supo hallar muerte gloriosa ante el invasor extranjero, con el
arma en la mano y el pecho abierto a  á la bala mortal. Teresa González de
Fanning,  al enviudar, se dedicó a la  enseñanza y su colegio fue un centro
fecundo de cultura, de noble enseñanza y de alta ilustración.
Cultivadora de las bellas letras y poseedora de una cultura literaria notable,
Teresa González de Fanning fue una escritora muy estimada. Su libro
“Lucecitas”, colección de novelas cortas impreso en Madrid, mereció un
prólogo, muy elogioso, de  la eminente escritora española Emilia Pardo Bazán,
prólogo que bastó para consagrarla en el mundo literario.
Se le tuvo entre las más aplaudidas literatas en el tránsito del siglo XIX al XX,
tanto por los valores morales de sus escritos, cuanto por la corrección de su
forma esmeradamente concebida. Por ello, su nombre debiera figurar en lo
mejor de la literatura peruana, porque fue autora de varias obras que
recibieron muy favorables juicios de eminencias literarias del extranjero.
Colaboró entusiastamente en varias revistas culturales, entre ellas la editada
por el Ateneo de Lima, crisol de la cultura de post guerra, bajo el gobierno de
Andrés Avelino Cáceres.. Destacó también como benefactora social. Toda obra de bien que se hizo en su
época contó con su decidido apoyo. Cuando  Juana  Alarco  de Dammert  tuvo  la
feliz idea de crear la Cuna Maternal, encontró en Teresa González de Fanning
una eficaz y entusiasta colaboradora, habiendo sido una de sus socias
fundadoras. Su nombre se  asoció también a varias otras obras benéficas,
porque así fue siempre: un carácter inteligente, un espíritu elevado, un
elemento de cultura y de progreso.
IMPULSORA DE LA EDUCACIÓN FEMENINA
Pero donde Teresa González de Fanning alcanzó su  más alta distinción fue en
su rol de educadora, habiendo sido maestra de dos generaciones a las que
inculcó el tesoro de sus virtudes y los resplandores de su privilegiado saber,
pleno de méritos indiscutibles. Ella dedicó á la educación  moral y cívica la
mayor parte de su vida.
En horas aciagas para la patria, como una respuesta a las dolorosas pérdidas
causadas por la invasión extranjera, Teresa González de Fanning volcó toda su
dedicación a la tarea educativa, y con  el invalorable apoyo de sus hermanas
Enriqueta y Elena, fundó el Instituto de Enseñanza para la Mujer, innovador
centro educativo en el que se cultivaron muchas de las damas que adquirirían
renombre cultural en el período de la Reconstrucción Nacional.
Sus contemporáneos la consideraron entre las tres grandes y respetables
educadoras de la mujer que existieron en Lima, y que dieron lustre a sus
nombres por haber hecho una obra social de enorme trascendencia: «esas tres
damas modeladoras del corazón femenino  en  las  formas  más  bellas  de  la
virtud han sido la señora Luisa Beausejour, la señorita Enriqueta Lund y la
señora Teresa González de Fanning; francesas las dos primeras y peruana la
última. Teresa González de Fanning,  cuando murió su heroico esposo en
defensa  de  la  patria,  buscó  el  consuelo  para  el  gran  dolor  en  la  obra  santa  y
noble de educar niñas en los principios del patriotismo, de las virtudes
hogareñas, de la moral personal y de la caridad y la fe cristianas. Y asumió
esta noble tarea con especialísimas condiciones de espiritual penetración, de
sugestión cariñosa y de superior inteligencia, por lo que  fue tierna y respetuosamente amada por las niñas que acudieron á su plantel, á instruirse
y educarse».
Otro de sus biógrafos anotaría al respecto: «La señora Fanning, viuda de una
de las más simpáticas, nobles y bellas figuras de la juventud limeña
sacrificadas en la guerra del Pacífico, fue la fundadora del plantel de
instrucción que más se distinguiera durante largos años en la capital y en
una labor intelectual activísima y  notable honró el nombre peruano con
bellas obras y con frutos de su ponderado y robusto talento».
El Instituto de Enseñanza para la Mujer dejó su nombre a otro establecimiento
de su género, que en la segunda década del siglo XX funcionaba  como
testimonio vivo del prestigio que le  diera su fundadora. A la vez, Teresa
González de Fanning escribió varios textos de enseñanza, destacando entre
ellos el titulado “Lecciones de Economía Doméstica”, que obtuvo gran acogida
en los hogares por las valiosas enseñanzas en él contenidas.
Fue principal de su existencia la búsqueda del progreso social, publicando
sobre la materia diversos estudios, con el seudónimo María de la Luz. Buscó
con ellos aportar ideas para el mejoramiento de la educación femenina y para
el auxilio de la niñez desvalida. En ello trabajó hasta que el agotamiento físico
le impuso descanso.
En  ello  fue  modelo  de  virtud  activa,  digno  de  imitarse  como  guía  espiritual  en
todos los tiempos. Así quedó grabado en el recuerdo de todas las niñas, luego
madres de familia, que se nutrieron con sus enseñanzas y su prédica de los
valores, formación moral que luego inculcaron a sus hijos, perennizando la
grandiosa obra de quien supo ser benefactora espiritual de muchas
generaciones.
SU VIGENCIA IMPERECEDERA
En sus años postreros,  reconocida como egregia matrona, notable educadora,
escritora de gran valía y persona signada por el respeto nacional, doña Teresa
González de Fanning optó por apartarse del bullicio mundano, rodeada de sus
recuerdos y consagrada enteramente a la práctica de las más austeras virtudes.  Por entonces adquirió la penosísima  dolencia que la llevaría a la tumba,
soportándola sacrificadamente, sin exhalar un solo quejido, según cuentan
quienes compartieron su austero retiro, hasta sus momentos finales en abril de
1918.
Al morir se le tributaron múltiples homenajes, y esclarecidas plumas exaltaron
su figura honrándola como una de las intelectualidades femeninas más altas y
valiosas que ha producido el Perú, cuyo ejemplo soportaría el paso del tiempo
puesto que dejó un legado cuya vigencia habría de perdurar.
En  su honor fueron pronunciadas estas frases: «Cuando el espíritu nacional
entre en ese nivel superior en que los pueblos sienten gratitud por quienes
han honrado a la patria con obras de  bien, la señora Teresa González de
Fanning tendrá como educadora de la mujer el recuerdo imperecedero que se
le debe á ella como a otras damas de excelsa filantropía, que han hecho honor
a su sexo y a su patria».

Wednesday, June 1, 2011

HIMNO DEL COLEGIO

Letra: Martha Villalva
Música: Rosa Mercedes Ayarza de M.
Coro:
Entusiastas la voz elevemos
de la patria y de Dios en loor,
entusiastas, alegres cantemos
a la ciencia, virtud y el honor.
I
De Teresa González de Fanning.
La Unidad lleva el tema glorioso
ella hizo su nombre famoso
en la senda del bien y el deber
En la paz del hogar fue modelo
en las letras brillante escritora,
y en su noble misión de educadora
honda huella dejó por doquier.
II
Su figura gloriosa en las aulas
de esta Gran Unidad veneramos
y seguras del triunfo marchamos
al encuentro de un gran porvenir
imitando su amor al estudio,
a lo noble que encierra la vida,
a esta Patria peruana querida,
que por siempre debemos servir.